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martes, 30 de noviembre de 2010

Y se lo vió fugazmente al pasar

Hemos llegado a un punto absurdo, cómico, triste, feliz y fabuloso a su vez, en el que hasta la más mínima cosa es exagerada. No es una catarata, es tan sólo una pérdida en la cañería, no es una obra en algún famoso teatro en Broadway es sólo una obra anónima y encantadora en algún teatro en ruinas del barrio de San Telmo. Es nuestro big bang, nuestro tan ansiado oasis, es la sonrisa de todos los días. La novela que se escribe día a día. Somos clowns de éste circo cortito que no se cansa de dar función. Las entradas se agotan y finalmente damos funciones gratis. Somos chistes que roban risas al pasar. Corremos como perdidas en un gran bosque, que resulta ser nuestro jardín. Vemos muchas flores crecer y marchitarse. Mariposas y abejas las órbitan. Adoramos ver como nuestra plantita crece. Y no pédimos nada más, solo queremos ver la lluvia danzar!

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